Rosario Sansores
Tengo celos, ¿no sabes?
de todas las mujeres que has amado;
de las bocas en flor, donde has saciado
la locura de todos tus anhelos
En mis lúgubres noches de desvelos
me atormenta el recuerdo despiadado
mientras mi corazón apasionado
quiere en vano luchar con sus recelos.
Cuando paso en tu faz mi boca ardiente
me parece que cruzan por tu frente
las risueñas visiones del pasado.
¡Odio entonces tus brazos vigorosos
y aborrezco tus ojos luminosos
donde tantas pupilas se han mirado!
Poemas variados
468x60
No dependas de nadie en este mundo, porque hasta tu sombra te abandona cuando estás en la oscuridad.
-
Nunca se puede dictar en el corazón de alguien.
-
La luna que te ilumina me confesó un secreto: me contó que me querías y me dijo que te amara.
-
No hagas que te abran la puerta del corazón si sólo vas de paso.
-
Regálale tu ausencia a quién no supo valorar tu presencia y recuerda que quién mucho se ausenta pronto deja de hacer falta.
-
Un hombre sincero no te mentirá, un hombre inteligente no te perderá y un hombre de verdad no te decepcionará.
Mostrando las entradas con la etiqueta Rosario Sansores. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Rosario Sansores. Mostrar todas las entradas
CELOS
miércoles, 26 de agosto de 2009
Rosario Sansores
Tengo celos, ¿no sabes?
de todas las mujeres que has amado;
de las bocas en flor, donde has saciado
la locura de todos tus anhelos
En mis lúgubres noches de desvelos
me atormenta el recuerdo despiadado
mientras mi corazón apasionado
quiere en vano luchar con sus recelos
Cuando poso en tu faz mi boca ardiente
me parece que cruzan por tu frente
las risueñas visiones del pasado
¡Odio entonces tus brazos vigorosos
y aborrezco tus ojos luminosos
donde tantas pupilas sea han mirado!
Etiquetas:
celos,
despiadado,
Rosario Sansores
Tengo celos, ¿no sabes?
de todas las mujeres que has amado;
de las bocas en flor, donde has saciado
la locura de todos tus anhelos
En mis lúgubres noches de desvelos
me atormenta el recuerdo despiadado
mientras mi corazón apasionado
quiere en vano luchar con sus recelos
Cuando poso en tu faz mi boca ardiente
me parece que cruzan por tu frente
las risueñas visiones del pasado
¡Odio entonces tus brazos vigorosos
y aborrezco tus ojos luminosos
donde tantas pupilas sea han mirado!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)