Mi madre en la cocina
sólo mira
como caen lentamente
las gotas de la leche caliente
y para sobrevivir
enfría su propia soledad
En su fragilidad
soñó con ser moderna
y sin protestar
se mordió los labios
En mi casa lo único
que tenía permitido hacer ruido
era la licuadora
Mi perro para esconder sus ladridos
se fugó
Y yo giré
prendida de mi triciclo
una vez
y otra
otra vez
sin lograr escapar
me gusto mucho, frescura y originalidad.
un abrazo