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No dependas de nadie en este mundo, porque hasta tu sombra te abandona cuando estás en la oscuridad.

ADAN Y EVA (XV)

miércoles, 27 de mayo de 2009
Jaime Sabines


Bajo mis manos crece, dulce, toas las noches. Tu vientre manso, suave, infinito. Bajo mis manos que pasan y repasan midiéndolo, besándolo; bajo mis ojos que lo quedan viendo toda la noche.
Me doy cuenta de que tus pechos crecen también, llenos de ti, redondos y cayendo. Tú tienes algo. Ríes, miras distinto, lejos.

Mi hijo te está haciendo más dulce, te hace frágil. Suenas como la pata de la paloma al quebrarse.

Guardadora, te amparo contra tos los fantasmas; te abrazo para que madures en paz.

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