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No dependas de nadie en este mundo, porque hasta tu sombra te abandona cuando estás en la oscuridad.

AL FINAL

miércoles, 31 de agosto de 2011
Irene Sánchez Carrón

Que pocas cosas duelen. Digamos, por ejemplo,
que se puede no amar de repente y no duele.

Duele el amor si pasa
hirviendo por las venas.
Duele la soledad,
latigazo de hielo.

El desamor no duele. Es visita esperada.
No duele el desencanto. Es tan sólo algo incómodo.

Somos así, mortales
irremediablemente,
sin duda acostumbrados
 a que todo termine.

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