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No dependas de nadie en este mundo, porque hasta tu sombra te abandona cuando estás en la oscuridad.

METO EL PASTEL DE CALABAZA EN EL HORNO

miércoles, 18 de agosto de 2010
Gabriela Aguirre Sánchez

Meto el pastel de calabaza al horno
y desde aquí
lo veo convertirse en otra cosa.

 La ebullición,
el calor mezclado con ese otro calor
de lo que en otro lugar,
más adentro,
también hierve y se transforma:
doscientos grados centígrados
para transformar el dolor.

¿Qué hay que nos llama
entre esas paredes de acero?

Tal vez,

el fuego sabe nuestro nombre,
el dialecto que hablan
las mujeres que viven solas.

Qué hay en el interior del horno
donde mi madre deja la carne mezclarse
con el vino blanco y las almendras.
Qué, a pesar del vacío.
Qué.

Y como sea tengo la certeza
de una vida mejor y más amplia,
entre el polvo para hornear
y los fugaces acontecimientos de la cocina.

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