Pedro Hernández Hernández
La fértil lluvia
hace que brote cíclicamente
la cizaña y el trigo
en el páramo reseco
Tu presencia
hizo germinar en mi alma
apetitos y la adminación
por los destellos mágicos
de tu personalidad,
asombro que no he querido disimular
escondiéndolo en los rincones de mi albergue
La tinta de tus carismas
quedó tatuada
en mi carne y en mi sangre
En la memoria de mis dedos
y de mis labios
quedó impresa la suavidad,
la tersura y la fragancia
de tu piel de ébano pulido,
de cálidas y lejanas selvas traído
La prosa de mis insomnios nacida,
los símbolos y las metáforas pequeñas,
es ella, la prosa, como alas
que a mi pena pongo;
fuertes y vigorosas alas
para que lejos a mi pena lleven
por el camino sin retorno,
donde el fuego purificador,
como ceniza a mi pena deje.
No sé cómo llegar a ti.
El viento no trasforma en arenilla
las contrafuertes de tu alma
las palabras no son llave mágica
El muro que propongo derribemos
su configuración crece
haciéndose ésta, más ancha y compacta
Debería, tal vez,
cambiar las tácticas
hasta hoy empleadas
tácticas de maniobra envolvente
y el doble envolvimiento
por el ataque frontal, directo
Un asedio pertinaz
pero amoroso,
buscando la rendición incondicional
Soy de los que caminan
mirando dentro de sí mismos
decin los que nos observan
que alguien va con nosotros
o nosotros vamos con alguien
Si los que nos observan
nos pidieran
que dibujemos la fuente del amor
con el amor mismo,
yo lo dibujaría
como una carga eléctrica puntual
cargada positivamente
Poemas variados
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No dependas de nadie en este mundo, porque hasta tu sombra te abandona cuando estás en la oscuridad.
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Argh, sin palabras. Qué bonito.
"con el amor mismo yo lo dibujaría" me encantó esa parte.
Saludos.